Los fungicidas ecológicos se han convertido en una pieza clave dentro del sistema agrícola. Estos protegen los cultivos del crecimiento de hongos y mohos; pero a diferencia de los fungicidas químicos, los biofungicidas están compuestos por sustancias naturales que van a tener un bajo impacto ambiental y van a fomentar una agricultura sostenible.
Los biofungicidas son sustancias de origen natural que se utilizan en cultivos y plantas para evitar el crecimiento de mohos y hongos, y por consiguiente, para minimizar la aparición de enfermedades fúngicas producidas por estos elementos.
Y es que, a parte de estas enfermedades fúngicas, los hongos pueden generar otros inconvenientes como toxinas perjudiciales para la salud humana y animal; siendo también uno de los motivantes del deterioro de la calidad del suelo, por razones como el aumento de acidez o la disminución en la disponibilidad de nutrientes de los cultivos a raíz de la competencia por los mismos.
Por estas y otras razones, la eliminación y prevención del crecimiento de hongos y moho es parte esencial de la protección de cultivos.
La aparición de hongos fitopatógenos se debe, en la mayoría de ocasiones, a una combinación de factores dentro de las condiciones de crecimiento de los cultivos.
Una de las principales causas de la formación de hongos y moho son las condiciones ambientales. Dado que sin el agua no pueden formarse, la humedad es una de las problemáticas principales; siendo el riego excesivo o la mala ventilación, dos de las causas más comunes.
Por otro lado, una mala praxis en la gestión de los cultivos también puede ser un causante de la aparición de estos. En este caso, la práctica del monocultivo tiene un beneficio claro, que es la eficiencia y rendimiento; sin embargo, no solo conduce a la proliferación de hongos, sino que también propicia la aparición de plagas.
Dentro de la gama de productos fitosanitarios ecológicos para el control y la erradicación de hongos y moho, podemos encontrar diferentes tipos, siendo los más comunes los siguientes:
En definitiva, los fungicidas ecológicos son una alternativa más segura y sostenible en la protección de cultivos. Por no olvidar que aseguran un producto adaptado a las necesidades de la sociedad actual, que busca una mejora en la calidad y un menor uso de químicos.