Los bioestimulantes agrícolas y nutrientes se han convertido en la piedra angular de cualquier estrategia de cultivo actual. En un contexto económico y social donde cada vez se apuesta más por una agricultura sostenible, estos productos destinados a estimular el crecimiento de los cultivos, también propician obtener productos agrícolas de mejor calidad de forma más eficiente.
¿Qué son los bioestimulantes y nutrientes en agricultura?
A grandes rasgos, los bioestimulantes son productos que se aplican a los cultivos con el objetivo de mejorar sus procesos metabólicos; obteniendo como resultado una cosecha que absorbe y asimila mejor los nutrientes que pueda tener disponibles.
Sin embargo, los agronutrientes son sustancias químicas necesarias para que las plantas tengan un crecimiento adecuado. Si el suelo no contiene la cantidad suficiente de nutrientes, tanto el rendimiento como la calidad del cultivo puede verse afectado; pudiendo incluso propiciar la aparición de plagas y enfermedades.
Beneficios del uso de bioestimulantes
- Estimulación del crecimiento vegetativo y radicular de las plantas.
- Optimizan la floración y fructificación, consiguiendo una mayor cantidad de flores y frutos, además de una mejor calidad de los mismos.
- Mayor resistencia al estrés producido por cambios ambientales como sequías, salinidades o heladas.
- Mejor absorción y disponibilidad de los nutrientes.
- La mayoría de bioestimulantes son de origen natural, derivados de plantas u otros microorganismos; además, no contaminan.
Tipos de bioestimulantes
Existen varios tipos de bioestimulantes agrícolas, aportando cada uno de ellos un beneficio diferente a las plantas. También debemos saber que estos beneficios van a depender de otros factores como la variedad cultivada o las técnicas agrícolas que se apliquen.
- Extractos de algas: además de ser una fuente propia de nutrientes, los extractos de alga producen fitohormonas, que estimulan procesos fisiológicos de gran importancia en las plantas.
- Ácidos húmicos y fúlvicos: actúan en la estructura del suelo, favoreciendo la fertilidad de este; y aumentan la absorción de los elementos nutritivos en las plantas.
- Silicio: refuerza la paredes celulares y hace que sean más resistentes al estrés.
- Aminoácidos y péptidos: ejecutan funciones estructurales, enzimáticas y hormonales; consiguiendo impulsar el crecimiento, la fotosíntesis y la producción de frutos.
- Quitosano: este derivado de la quitina estimula la resistencia a enfermedades, proporcionando también un efecto fungicida y anti microbiano.
Beneficios del uso de nutrientes en agricultura
- Aumentan el potencial de los cultivos, de hecho, son esenciales para el crecimiento de los mismos. Nutrientes como el fósforo, el nitrógeno o el potasio; deben encontrarse en las plantas para un rendimiento.
- Mejoran la calidad, obteniendo como resultado frutos que contienen más proteínas, vitaminas y minerales.
- Optimizan la salud del suelo, aportando beneficios como una mejor aireación y actividad microbiana.
En definitiva, los nutrientes son un elemento básico dentro del crecimiento efectivo de los cultivos; mientras que los bioestimulantes van a mejorar la estructura de la planta y a mejorar la eficiencia de los nutrientes.
Su uso combinado nos hará más competitivos, consiguiendo mayor calidad sin perder eficiencia. Además, son el camino hacia una agricultura sostenible que impacta en menor medida en el planeta, disminuyendo el uso de otros productos como los fertilizantes químicos.